LA TIERRA

La Tierra es azul,
milagrosa y viajera,

Pacha Mama dura
en la roca andina y frágil en la espuma oceánica,

seguidora fiel del Sol
y con él, dadora de vidas y a raudales.

. . .

La Tierra es humus,
agua y aire,

más eterna
que mil Buenos Aires borgianas,

¡más eterna
que la Vida eterna!

. . .

He ahí:
en el aromo del fondo, en sus dos colibríes, en este día de otoño y 22 de abril.)

Gigante: en el alto e imperturbable Aconcagua,
en el Amazonas que fluye y cambia.

Más gigante:
¡en los Solidarios!



SUELO OLFATEAR LOS LIBROS

Suelo olfatear los libros antes de leerlos -los libros viejos-
Escondido. Rijoso.

El perfume
de la hoja anciana y tostada, quebradiza y sonora,

llena de miradas
(las que escriben, las que leen),

difunde
-en esa pequeña ceremonia secreta-

por los alvéolos hacia mi Interior,
por la ventana hacia la Yrigoyen.

. . .

En la exhalación profunda -en las exhalaciones profundas-
mi perfume interno sobre la hoja perfumada

-al cerrar la cubierta-
queda.

. . .

Suelo olfatear los libros viejos antes de leerlos.
Recuerdo perfumes.



SER PAN (a los pequeños de la calle)

Ser pan
en los contenedores de basura donde te cuelgas y escarbas,

mi
verso.

. . .

Ser banco
para que tus pies no cuelguen en la nada,

mi
espalda.




SE QUITÓ LOS OJOS

Se quitó los ojos oscuros -contrafóbicamente-
arrojándolos sin saber dónde.

. . .

La lluvia, el viento y el frío
tocaban

-cuando ocurrían-
las alas menores de su esfenoides o apófisis de Ingrassias.

. . .

En una feliz o infeliz ocurrencia
tocó la Nada.



TEJÍ UNA ALFOMBRA

Tejí una alfombra por camino
con un telar de bella arena,

los hilos eran de la vida,
el telar, de arena buena.

. . .

Mis pisadas fueron por la alfombra
mientras mis manos amaban, tejían,

mis pisadas eran seguras,
mi voz ¡por el aire acrecía!

M a s . . .

los dedos se volvieron nudosos,
el telar al tejer rompiendo,

¡y las pisadas se perdieron en la tierra!
¡y mi memoria se fue destejiendo!

. . .

Todo fue paso a paso,
hoy se ve ¡breve suspiro!,

la alfombra, el telar, ¡la vida!
¡ay! ¡un simple chasquido!



CONSTRUIR

Construir
este día con su noche y el mañana construidos,

construir
el pasado construido y constructor.

. . .

Construir el aula, el hospital,
el surco, el acero y la hamaca,

el abecedario y la palabra,
los signos de pregunta y de admiración.

. . .

Construir la Vida,
construir la muerte que mana Vida,

el cielo, la tierra y el abrazo, el yo y el Nosotros.
Como uva entre uva y uva, de racimo enllenado de uvas ¡construir!



POR QUÉ BALDOSAS

¿Por qué baldosas de esta "vecchia casa", abuelo, caminaste?
¿Por cuáles, de las que resisten entre nuevas?

¿En qué paredes, de estas obstinadas,
esto o aquello recordaste?

¿Qué partícula "di Lecco"
apresada en la sarga de tu lejano traje,

borroso,
por aquí aventaste?

. . .

Heme abuelo en el techo tocando la Luna de mayo,
-¡una noche de encajes me ayuda!-.

Heme,
inquiriéndome:

¿cómo era tu Luna de Margno?,
¿tan bella como ésta que mi soledad hoy toca?

¿vive aún allí o también ha partido?...
¡Ay! ¿se puede partir alguna vez de la "terra in cui sei nato"?




SOMOS

Somos
solos,

¡a veces trágicamente solos!, Munch,
a veces Friedrich, ¡bellamente!

Pero también
somos Todos,

¡a veces trágicamente Todos!, Picasso,
¡a veces arracimadamente!, Pellizza.

. . .

"Uva entre uvas y uvas
dulces, redondas, negras y rubias",
yo escribía.


. . .

Somos inexorablemente
pasado, memoria.

A veces Dubois, ¡trágicamente pasado!
¡a veces bellamente!, Renoir.

Pero también
somos futuro y somos sueños.

. . .

Yo y los Demás.
Memoria y entonces, ¡entonces sueños!





HIPNÓTICA

Hipnótica
al ir y venir,

en su velo
de espejo y espuma

finiquitado en ruedo
de arena menuda, valvas y cangrejos.

Hipnótica
hasta cada ocaso y hasta quizás la muerte.

Vasta y borboteadora de vida
y en ello única.


Hipnótica
la mar, la mar... ¡tú!

. . .

Llegado en limpios guijarros de ríos (desde el caos),
hecho acantilado por

marejadas, vientos, tiempos
y acumulación grosera,

hasta tu más oscura bruma:
te amo.



LE ESPERABA CADA TARDE

Le esperaba cada tarde
en la esquina de San Martín y Pueyrredón

con un brazalete negro de cierta partida
y el pelo engominado. Extrañamente brillante.

Y así volvían a la casa blanca:
Analía del brazo de Jorge,

Jorge -por esos ceremoniales callejeros de la época-
del lado de los paraísos violetas, lilas, perfumados.

. . .

La pollera tableada de Analía y su banlon celeste,
el traje marrón de Jorge

-silenciosos-
se alejaban por la Pueyrredón

-y de mi memoria-
en un final de vieja película.

. . .

Desde una ventana sencilla y de octubre
cantaban Los Cinco Latinos, "Sólo tú".



HOY

Hoy -jueves 16 de mayo de 2019-,
hay viento -pensaría- de olvido y olvidos.

. . .

Basta abrir la ventana hacia la tarde
sumergir de lleno el rostro ¡casi ariete de toro cretense!

y ser impresionado:
- con el ulular sordo en lo altísimo -arriba de cielos-,

- con el suelo psicótico de hojas,
- con el mismísimo Eolo latigando y deslatigando el real manto;

y ser despojado
de mucosas exánimes, de sentimientos iguales.

. . .

Basta regresar al interior, entonces,
nacido.



CALENTÓ LA LECHE (Antonia)

Calentó la leche en un jarro enlozado
sosteniendo entre sus dedos una pequeña y gastada manta.

El sol del domingo -pese a ser domingo- entraba poco
dejando sombras y fríos en la mesa de hule estropeado.

Quiso recordar el sueño -porque atisbaba bello-
pero el sonido del jarro listo la despertó ásperamente.

Soplando, sorbió de él.
Sus delgados labios se quemaron.

Molesta, volvió al sueño:
el hule era recién comprado y para platos lindos,

el vestido planchado, la manta abrigadora,
el sol entero,

los labios,
los que él besara...



TAL COMO QUEDARA (a Amanda y Manuel)

Tal como quedara
se fue de la tarde:

el pelo mojado
y la sonrisa en la calle mojada.

. . .

La noche,
con sus tules gigantes y negros
la fue deshaciendo:)

- el solitario nombre
hecho de Amanda,

- el significado de sus palabras
sus sonidos,

- la piel dejada en una cama
y deshecha.

. . .

Se fue entre la noche tras él,
que ¡ay! también deshacía

como esos panaderos del Masallé
perdiendo cipselas.



LA ESCUCHABA EN LOS SETENTA ("Te recuerdo Amanda")

La escuchaba en los setenta
encorvado.

. . .

Era
arco, yo.

El dolor y la belleza de la canción
una flecha hacia mí

de dolor
y belleza.

. . .

(Sigo -en el cayado aórtico sobre el corazón-
arco.

Sigue
una flecha en él apuntándome

de dolor
y belleza.)



CULTIVO DOS ROSAS (a José Martí y a Jaime de Nevares)

Cultivo dos rosas blancas
para Jaime y para José.

Para Jaime la sureña
la del caribe para José.



CON LA CAÍDA

Con la caída de sus penúltimas hojas,
ha quedado la enredadera del jardín

como una cascada de curiosas ramitas;
como tu pelo largo y color del Masallé

recién lavado con agua de aljibe;
como tus dedos finos

restaurando mi rostro de otoño y 2019
licuado entre tus piernas.



YO Y LOS DEMÁS

Yo y los Demás en mí.
Un Yo creyente que va creyendo.

Unos muchos Demás
en el tórax conviviendo.

Albañiles que demuelen, más...
torres blancas y salamónicas cimentando.

Unos otros muchos Demás
afuera, por las calles caminando.

Conmovibles e inconmovibles. Detrás
robadores y ocultos acechando.

. . .

Yo y los Demás, más
una jaula sin rejas, un tórax sin costillas, de colibríes aleteando.



NO ES ESE JORGE LUIS BORGES

No es ese Jorge Luis Borges excelso -que mal leí posiblemente-
mi Borges.

Son los Borges con un bastón de quebracho en la Patria empobrecida
los Borges que yo amo.

Aquellos que tienen
una Argentina ardiendo en sus versos,

una Latinoamérica que,
en ellos,

llaga, supura,
entierra.

. . .

También yo
soy ese Borges.

No me conozco
en otro.



APARTO

Aparto:
unas monedas de mis monedas,

unos horas de mis tiempos,
unos versos de mi voz,

una comprensión de mis comprensiones e incomprensiones,
unos Demás de mi yo

. . .

desde la belleza de la Política
para el Despojado.

. . .

Llevan
voluntad.



ES LA LLUVIA TAN TENUE HOY (al lunes 17 de junio de 2019 y de Carhué)

¡Es la lluvia tan tenue hoy!
que al caminar por el jardín

-cauteloso,
sujetando el sortilegio de la mañana-

me visto de cristales ingrávidos,
imaginarios.

. . .

Recuerda el encaje de tu enagua
sobre mi mano

y un cierto bello,
sentido de la vida.



MIS PENSAMIENTOS

Mis pensamientos retirados merodean
entre la Política

(inmensa,
ocupándolo casi todo)

y la Poesía
(estrofas de dos versos, argumento de mil resquicios).

. . .

Van vidriecitos chiquitos, transparentes, frágiles,)
merodeando.

Hechos de tierras del Masallé, del Carhué
y aguas del Epecuén.

. . .

Merodean buenamente,
tintinean,

presionan de profundidades
a superficies.

Por cada pequeño empobrecido
hacen petequias.



NARANJO

Naranjo
ha venido lastimado,

de noche sin estrellas
y luna negra.

. . .

Le digo bajo
que soy yo.

Le palpo como aire de este junio
para ser mi mano buena y abstracta.

Le hablo de política
y poesía,

de la Isla
de Blanquinegro.

. . .

Quedo a su lado.
No sé qué más.



LO QUE EL CUERPO SABE (a nosotros los Mayores)

Lo que el cuerpo bien sabe de vejeces y esas cosas
a costa de años y arrugas,

de retiros, brumas y partidas,
de rodillas, reuma y temblequeos;

el corazón bien compensa con olvidos,
con primaveras y flores,

bondadosa, sentidamente.
Siento.



HE CULTIVADO

He cultivado -últimamente- con los delgados hilos de la coherencia
la urdiembre de mis días.

Me han llevado,
como la sombra del Nazareno en el desierto de Judea,

desde la pregunta
hasta un horizonte de sujeción, escrituras cotidianas y alborada.



NO EXISTE (a la muerte del Quijote)

No existe,
siento yo, Sancho hincado,

¡silencio más tiránico!,
¡soledad más oceánica!,

¡lejanía más inmedible,
en toda La Mancha!

¡qué el instante vivísimo
anterior a la única partida!

. . .

¡De dolor hoy hecho
y deshecho!,

¡ante Castilla, Aragón y Cataluña y Aquel que siempre es!
desciendo.



CUANDO LA TIERRA DA VUELTA (a nuestros flamencos)

Cuando la Tierra da vuelta carnero
es ¡Epecuén el cielo!

y una garúa de flamencos sureños, rosados,
cae en fantástico vuelo.

. . .

Cerrando los ojos,
volviéndome niño del pueblo,

los veo tocar las ventanas que tocamos,
¡hacer nidos en nuestros sueños buenos!



COMO VAN LOS PADRES (a Oscar y Valeria Martínez)

Como van los padres que aman a sus hijos,
Oscar fue tras Valeria:

fue sin pensarlo,
fue con su vida.



HECHA DE ESPERAS (Alicia)

Hecha de esperas,
de atardeceres en una vereda de pueblo,

de una thonet donde sentaba,
de tres vestidos suixtiles floreados,

de treinta y seis corintellados,
de un farol en la esquina que encendía a dos velas,

de un zaguán
cuando llovía.

. . .

De
esperas.

. . .

Se hizo grande y huérfana de esperas.
Mutada a gris, piedra y musgo. Árida y desordenada.

Con pocas razones, sin besos en el vientre,
sin ser esperada.

. . .

Alicia. Un sobrerrelieve al costado de la puerta,
del zaguán cuando llovía.



SÁBANAS BLANCAS

Sábanas blancas recién lavadas
secadas al sol de la mañana.

Sábanas agitadas una y otra vez
sobre la cama que alguien va haciendo.

Así,
olas de Mar del Plata.

. . .

Perlas de un collar roto
dispersándose sobre las sábanas.

Canicas lanzadas al aire
por los dedos de un niño.

Así,
espuma de las olas de Mar del Plata.



HACE DÍAS

Hace días que no escribía
y al hacerlo, por lugares sin palabras,

fuscos, inanimados,
me detenía.

. . .

He leído:
- de compatriotas en calles, en días, en noches, en fríos,

- de más compatriotas desempleados, de sus pequeños.
Detenido.

De Silvina , Priscila, Raúl, María Belén
y Milagros.

. . .

Hace días que no escribía.
Fueron vueltas de la tierra sola sobre su eje.



NO ME DESPIERTES (El príncipe feliz)

No me despiertes,
madre,

que me duele acá
y durmiendo nada siento.

Déjame en la noche
siempre dulce y estrellada

con tu tibio brazo
como almohada

y ese cuento
del príncipe feliz y una golondrina.

. . .

Déjame dormir,
madre.

Despiértame,
con la vasija naranja llena

¡y aquella golondrina
en la mano!



FUI JOVEN

Fui joven
y escalé montañas:

graníticas, ocultas,
yermas, placenteras.

Algunas sin arneses
¡sin cordura alguna!

. . .

¡Subir!, ¡subir!
azuzaba allí el viento

y en cada paso:
pasiones, algazaras,

quimeras, gimoteos,
locuras, cortedades,…

herían dedos extremistas,
embelesaban un cuerpo conmovido.


. . .

Fui joven
¡el corazón siempre en la cima!,

el sol amaneciendo dentro
¡tea del Olimpo sin cordura alguna!

. . .

Galopeé Andrómeda con los dioses,
hice pito catalán a la muerte.

Fui joven,
¡fui eterno!



DESDE SU NACIMIENTO

Desde su nacimiento y tras cada sevicia
la Humanidad

-por esa pulsión bruta de Vida y Piedra que es su esencia-
busca a sus Hijos e Hijas por la Historia perdidos:

sus lorcas, sus azucenas,
sus eternautas, sus micaelas garcía,…

los encuentra
y las encuentra,

los desentierra (o las “desenagua”),
los limpia, ¡las renace!

¡para todos los días,
hasta el fin de los días!

. . .

(Yo vi las hojas caídas de mi fresno negro por la Yrigoyen
unirse con el agua, la tierra y el aire de Carhué

¡y en sal, ortigas y panaderos
las vi una y otra vez naciendo!)



EL RECUERDO (con Mirta)

El recuerdo cayó de entre los cabellos recién peinados
hacia la mano derecha que desempolvaba,

atravesó tres libros del estante:
Demian, Las piedras del cielo y María,

arrancó migas
al pan abandonado sobre la mesa de la merienda,

y, sin romperlos,
cruzó uno de los seis vidrios esmerilados de la puerta

confundiéndose con la lluvia de la tarde
a paso de séquito y olvido.

. . .

En el estante hinchado por la humedad,
la mano de Mirta exhumaba y redimía.



FUERON NUEVOS RECUERDOS (con Mirta)

Fueron nuevos recuerdos,
-a ese paso de séquito y olvido-

que cayeron
del pelo ora desprolijo a los dedos ora abiertos.

. . .

Los detenía entonces con el vientre,
con los muslos.

Los pegaba en sus rodillas,
los escribía en la almohada,

en el mármol de la iglesia
con rogativas desordenadas,

los inspiraba estertoreamente,
los devoraba.

. . .

Una tarde diáfana de agosto y Carhué
-mientras el aromo de la Yrigoyen florecía-

Mirta partía
tras sus recuerdos.



MI PALABRA

Mi palabra
es una secreción exocrina de mi yo.

En el aire de Carhué
se oxida bellamente

volviéndose Demás, Otredades.
Cuando sobra

caldenes y flamencos,
y si aún resta, látex blanco para la Torre Blanca.

Al ser leída, escuchada,
vuelve políticamente victoriosa

como materia prima
de nuevas secreciones mías más vitales.



LA PARTICIPACIÓN

La Participación nace
en esa Palabra que rompe individualismos

(cárceles
y ataúdes)

. . .

De puerta de madera a puerta de chapa,
por las calles y el Tiempo se hace necesaria.

Forzosa,
como el pan y la caricia.

. . .

Busca las plazas sin balcones, sin rejas,
¡con bancos de siempre!

Busca las plazas de unas y otros,
haciendo constitución el habla y la escucha.

. . .

La Participación nace, se hace necesaria, busca
donde va la Vida,

donde
¡no va la gélida muerte y otras gelideces!  




SUPONGAMOS

Supongamos, conjeturemos, presumamos,…
mil veces opinemos,

mil veces más y más
hasta el fin de la voz:

- ¡Vagos!,
los adultos pobres,

¡allí están,
por su solo albedrío!

. . .

Pero...
¿y los chicos pobres?



MI PALABRA

Mi palabra está obligada a ser Esperanza,
sin saber cómo está obligada.

Alta, descarada, fornida y gritona,
¡ante Temis y Astrea está obligada!

Ir en pancartas y en altavoces,
¡por las calles durante la siesta ir alocada!

Rompiendo roñas e indiferencias, arracimando pechos,
regalando panes por la barriada.

Maciza, presente, clara y militante,
con los empobrecidos y Rocío está forzada.

. . .

Mi palabra está obligada a ser Esperanza
¡so pena, ante Temis y Astrea, de eterna linchada!



ME PREGUNTO

Me pregunto preguntas,
preguntas ajenas, de la Marcha Federal, de una miga de pan y de mi vejiga.

Preguntas del aromo del fondo en los tiempos de sequía,
de sus hojas en estas noches frías.

De las nubes en el cielo azul de Carhué
y qué es un cielo azul sin nubes, me pregunto.

Entre las 12:57 y las 12:58 de este 2 de junio.
Entre la vida y la muerte me pregunto.

Me pregunto personas, multitudes,
guerras y hambres, aylanes y rocíos.

. . .

Desde la torre blanca, desde las ruinas del lago,
desde Latinoamérica y la Cruz del Sur,

desde Siria, Palestina y la Nebulosa del Cisne,
me pregunto  respuestas.



QUEDÓ AL IZARTE

Quedó -al izarte-
el aroma de tus jardines en una hebra de la almohada.

Tu sombra azul
recorrió el Ta Matete en la recta espalda del ropero.

Luego, una puerta y el sonido de la calle.
En una hebra de Ensenada 83, siguió el aroma.

                                                     Buenos Aires, 1975

                               ______

Mi mano -donde brilló ayer el último oro de la tarde- 
depositó  el aroma en el abismo del salitroso lago.

Fue,
tras una generosa comparsa de artemias salinas.

                                                    Carhué, 2018



LA MEMORIA DE MIS DEDOS

La memoria de mis dedos
guarda la textura siempre viva de cada cosa tocada:

- el aire de mi infancia, de nada y de todo,
- el Tom y el hierro viejo de su alcarraza de agua,

- las hojas afiligranadas de las obras completas de Freud,
- el aire pesado de un Buenos Aires que no quería,

- el asiento último del tren a Carhué,
- tu vestido violeta, que sabía a las violetas del fondo,

- las hojas de los alumnos,
- las hojas del aromo del fondo, sus flores fugitivas, tu vestido violeta.

. . .

Cuando memorizo
recurro a mis dedos que escriben.



LA VIDA SE ME OCURRE

La vida se me ocurre un texto.
Un discurso, un poema, un contrato, una novela, un garabato.

La muerte, un punto.
Pequeño, redondito, negro, puesto, no puesto.

Un punto
final.

Los textos, siempre disímiles.
Los puntos, dibujitos iguales.

. . .

Tras un punto, se me ocurre,
un texto en Carhué o en Kobane que comienza.



SE QUEDÓ MIRANDO

Se quedó mirando el atardecer
suavemente encorvado.

El lago estaba quieto,
indestructible, con tajadas de oro.

El eucalipto, que ayer le comadreaba,
cerrado.

. . .

Respiró -como cuando la amó en aquel sueño-.
Su dorso hincado pareció enmendarse.

Como a una benditera,
tocó a Epecuén con un dedo.

. . .

Hubo en él -posiblemente-
el último oro de la tarde.



MIS POEMAS

Mis poemas
son estrofas de dos versos,

como tu cuerpo -mujer-
que es poema de dos estrofas pareadas.

. . .

El título
un rostro afarolado

con dos brazos que se me enhiedran
en dos versos primeros

y dos piernas que sostienen el enhiedro
en dos versos finales.

. . .

Entre enhiedros:
un renglón amplio, limpio,

ordenado, solidario
de un Masallé misterioso.



CAYÓ LA ÚLTIMA HOJA

Cayó la última hoja del fresno en Carhué de mayo
sobre la tierra suave.

Desde unos tres metros sin nombre -como corresponde a una hoja-
parda y grave.

. . .

Hace  dos noches, con estas dos primeras heladas, la imagino subiendo al fresno
justa, verde y ave.

                                                                                                                                23 de mayo de 2018



CADA FLOR

Cada flor se hizo semilla,
cada primavera pasó,

yo soñaba bajo el aromo
sueños de gloria y de amor.

La gloria fue mero sueño,
mas de siempre fue tu amor,

de siempre tu primavera,
de una sola línea,…

¡de flor
en flor!

. . .

Yo soñaba bajo el aromo
¡hoy camino bajo tu amor!



“YO TENGO UN ENTUSIASMO”…

de que un día en nuestra Argentina:
- no haya más empobrecidos,
- cada uno de sus trabajadores tenga un digno ingreso,
- las jubilaciones mínimas sean justas,
- los aborígenes tengan sus sagradas tierras y sus exactas reivindicaciones,
- la educación pública, gratuita y laica sea inmensa,
- la memoria por la verdad y la justicia brille por siempre,
- participemos activamente todos en la “cosa pública”,
- las Islas Malvinas sean efectivamente nuestras
- pequeños, mujeres, varones y mayores caminemos a la par
- y que mis cenizas, con las cenizas de una flor de mi aromo, se pierdan por las soledades del Masallé.

AMÉN 




SOLÍAMOS REUNIRNOS (a Susana Zarzoso)

Solíamos reunirnos temprano
en el escritorio de la vieja casa familiar de "los Narbaitz“.

Eramos varios alrededor de una letárgica "Historia Constitucional“,
leyendo leyes y contraleyes,

hilvanando proyectos compartidos,
conversando de Carhué,

de esos "ochenta“,
de Epecuén y nuestros días.

Chili, Dorita, yo y
Susana.

. . .
Era sobre “la Moreno”,
donde, entre unitarios y federales, un coche “a nafta” se oía de tanto en tanto.

. . .

Quince años después,
en la esquina de Yrigoyen y San Martín,

ayunábamos con la blanca
Carpa Blanca

Tati, Patricia, Alicia, yo,
Susana,…

. . .

Eran los 90
y éramos cientos y cientos de “docentes argentinos ayunando”.

. . .

Hace unos meses,
veinte años más,

a un costado de la góndola de lácteos de “la mutual”,
sonriéndonos de nuestras desazones

nos vimos brevemente,
con esa brevedad de la vida en invierno.



EL JAZMÍN (amarillo del 8 de agosto de 2019)

El jazmín de San José
ha puesto,

a la altura de mis ojos sexagenarios,
una flor amarilla.

Detrás el aromo,
emulando al café amarillo de Arles,

ha prendido sus ledes
en el techo del jardín oscuro.

. . .

Anoche ha helado.
Sobre la mesa, la papa hervida humea en el translúcido plato

y desde el vidrio mojado de la puerta
aquella bandada de colores amarillos

solea la cocina,
dora las papas y estos viejos ojos.

. . .

Trozando una
evoco tu collar de caracolas ambarinas enredado en mi boca

y el beso acangrejado
de Gustav Klimt.



MI VOTO HOY (11 de agosto de 2019)

Mi voto hoy...
un papel en un sobre,

un sobre en una urna,
un número en una planilla.

Mi voto hoy…
mi solidaridad,

mi "criticismo",
mi coherencia.

Mi voto hoy…
los Necesitados y yo.